El mundo está lleno de hombres, sólo faltan hombres

Hoy vi al hombre nuevo; iba de paisano y se subió al transporte urbano, como cualquier hombre corriente.

Y era difícil su diferenciación, porque el mundo está lleno de hombres, y ninguno lleva escrito en la frente lo que su corazón siente. El hombre aprendió las letras para aprender a escribir sus urgencias, pero no para obligarse a cifrar su estado interior, ¡y menos en la frente¡.

Aquel hombre nuevo, vestido como todos los hombres, estaba desprovisto de algo que los demás hombres llevaban con temblor de piernas, ¡ se había quitado de encima el egoísmo ¡.

Le pregunté la manera, y con gesto suave, tocándome el hombro, sin afanes, me dio la respuesta cumbre: ¡ la memoria ¡.

¿ La memoria ? ¿ Quiere decir que para ser un hombre nuevo se necesita cambiar de memoria y empezar con una memoria nueva ?.

No, no me ha entendido, dijo, para ser un hombre nuevo solamente se necesita no tener memoria.

Y se alejó feliz, con esa felicidad eterna que sólo he visto en los locos de mi pueblo.

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