De unos pacientes que pacen

¡Mientras el camello es el símbolo de la paciencia vuelta vida, el átomo es el símbolo de la impaciencia vuelta nada¡.

El diccionario define la palabra paciencia como la capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse. Y las personas que padecen o soportan son los pacientes, y pacientes los encontramos todos los días en las miles de salas de espera del mundo entero. ¡ Qué paciencia de loor ¡ Aquí la paciencia es sinónimo de dolor y enfermedad.

Y se encuentran pacientes cuando en un paradero de bus, los rostros somnolientos aguardan el transporte de ruta, a la espera de su ruta de turno, y prueban la calidad de paciencia por cada cuarto de hora que les calcina el tiempo. ¡ Qué paciencia de metro ¡ Aquí la paciencia es sinónimo de trabajo.

Y se encuentran pacientes cuando en las oficinas públicas, los rostros igual de somnolientos, aguardan en cola interminable una atención de necesidad, para resolver una gestión que sólo es de interés económico y político para la entidad pública. ¡ Qué paciencia de rogativa por la patria ¡ Aquí la paciencia es sinónimo de impuestos.

Y se encuentran pacientes cuando en las entidades bancarias, los mismos rostros somnolientos, siguen aguardando en colas de nunca acabar, la mendincancia de una atención de afán para hacer sus pagos de servicios públicos y sus consignaciones de melancolía. ¡ Qué paciencia de servicio ¡. Aquí la paciencia es sinónimo de corte y corten.

Y se encuentran pacientes que no hacen colas con el cuerpo sino con el espíritu, desde sus propias viviendas, a la espera de un telegrama que les anuncie que su mesada de pobreza está servida, para poder correr a discriminarla en listas de gastos de papel. ¡ Que paciencia de soledad y qué paciencia de sobrevivencia ¡. Aquí la paciencia es sinónimo de longevidad y pobreza.

Y he visto pacientes ataviados de mil galas y colores, en colas de días y de horas, que retuercen en su imaginación un show estelar de artistas y goles, y pueden esperar al ciento por uno bíblico, hasta que sus ídolos premian su paciencia con gozos de gallo y minutos de salutación. ¡ Qué paciencia de espectáculo ¡ Aquí la paciencia es sinónimo de fanatismo ¡.

Y he visto pacientes carentes de atavíos y de derechos, que deambulan por ahí y que pululan por doquier, que sólo piden por necesidad y roban de ocasión a otros pacientes que coinciden en su territorio, y enseñan en su paciente robar a pacientes transeúntes que la naturaleza es la única que aplica sin temores la ley de la compensación. ¡ Qué paciencia de ladrones que tortura de pacientes ¡. Aquí la pobreza es sinónimo de ley, y la ley sinónimo de fuerza. Y la fuerza pública por ahí apacientando sus armas de concurso.

Y he visto a los últimos pacientes llamarse los primeros, en multitudinarias celebraciones litúrgicas de ablación, orando con credulidad de recién nacido, a la espera de un dios todopoderoso con un morral más grande que el deseo de los hombres, para que les quite de encima la impaciente desazón de un mundo de inequidad. ¡ Que paciencia de pacientes de dios ¡ Qué paciencia de dios, que parece ser el padre de la misma ¡.

Hoy aprendí que la paciencia es un don diario que dios reparte en moneditas de papel, y que premiará con felicidad a aquellos que logren aprenderla de memoria.¡ Los mejores estudiantes harán su tesis vital a la hora de la muerte, y aclamarán el cuento de la resurrección ¡. La vida sin paciencia no es vida, es muerte, todo lo demás es impaciencia.

No hay comentarios.: