El hombre también creó el optimismo

¡Y las cavernas adornaron sus noches con días de luz al calor de antorchas que parecían dorar el tiempo por venir¡.


De cada diez personas que se entrevistan, once de ellas juzgan que miran la vida con optimismo. Y éste inventario salva la vida y salva la patria.

Si optimismo es la propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable, el género humano con su propensión estadística está dando una lección de fuerza y trapío.

Porque el hombre eligió el optimismo cuando prefirió lo racional y abandonó la senda original de la incultura, y optó por el sedentarismo del mañana vuelto confianza. Y ya sentado sobre las piedras del camino por recorrer, juró con optimismo que recorrería el mundo desde su asiento de roca más placentero. Y fundó hordas, que fundaron pueblos, que fundarían ciudades, que fundarían metrópolis.

Y el hombre inauguró el optimismo cuando desde cielo abierto, condujo su horda a fuente segura, e impuso su idea de ideas: ¡ la caverna ¡, ¡ qué optimismo de la luz ¡, ¡ qué optimismo de sueño ¡. Desde este punto de vista, hay optimismo hasta en el último de nuestros cavernícolas. Las cavernas de hoy, expresiones de las primeras, son más cómodas en una réplica del avanzado optimismo del hombre.

Y el hombre inauguró el sentido de la oscuridad, cuando buscándola huyó de ella con el otro inventó que revolucionó al hombre, la luz. Y el fuego se hizo hombre con el ulular de nuestros primeros antepasados que pudieron tejer los primeros pensamientos al calor de una fogata de espectáculo.

Y las cavernas adornaron sus noches con días de luz al calor de antorchas que parecían dorar el tiempo por venir.

Y optaron por la cultura y la caverna dio paso a la galería, y la galería a optimistas de brocha primero y de pincel después, y hoy a artistas ¡ cavernícolas de atar ¡, que vieron en el optimismo del hombre una manera de plasmar en grafías el trabajo que desde muy adentro del cerebro les dictaba una neurona descarriada con fiebre de optimismo.

Y el optimismo le dio al hombre la idea de dios, y sin más esperanza le dio vida para darse vida, y creo más dioses para que lo acompañaran en su tarea encomiable, y hoy dios junto a mas dioses enseñorea el universo, de la mano del hombre vuelto eterno.

El hombre hoy se siente el rey del universo, y considero que es la mayor satisfacción lograda, ¡ lástima que sean tan poquitos los reyes ¡. Algún día todos seremos reyes, el máximo optimismo por lograr, lastima que no alcancen los vasallos para tantos reinos ¡

Por ahora, mientras el reino del optimismo se prepara por ahí, soy de la idea de vivir la vida con el optimismo del día que corre y del mañana que llega, sin manearlo con intenciones sordas y sin asustarlo con reinos de dioses lejanos. Pequemos de a poquito, y perdonemos de a poquito, es una ley estadística que también procura buenos resultados, aun cuando a veces fuertes dolores de cabeza. ¡ El colmo del optimismo: la aspirina ¡.


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