MI CIUDAD

Mi ciudad es grande. Más grande que cualquier ciudad, porque mi ciudad es la más grande del mundo. Así me parece, cuando trato de abarcarla con mi decámetro de fiesta. Así es Bogotá.

Pero a mi ciudad siempre la han descrito los que poco la conocen como cielo roto. Y con seguridad que algo tiene ver su cielo plomizo con la historia escolar del pollito chiroso.

Por eso decidimos luchar contra tal fervor natural, y se decidió que lo mejor era techarla. Así como lo leen, TECHARLA, para que toda el agua que inclemente cae, vaya a parar directamente al Río Bogotá, sin basuras ni intermediarios..

Ayer tuvimos la prueba de fuego, o mejor de agua. Qué digo, la de ayer fue una prueba de hielo. Y como el techo sólo había sido calculado para soportar torrenciales aguaceros, pues señores ayer los techos de mi ciudad se agujerearon unos, y se desplomaron otros. Cayó hielo por baldados. El cielo de mi ciudad se cayó a pedazos.

Hoy el techo de mi ciudad será restaurado de nuevo, pero esta vez sí esperamos que esté calculado contra todo evento. En mi ciudad siempre se piensa en todo, aunque a veces el todo siempre es muy poquito.

Y por favor señores, ni soñemos con Venecia.


UN EJERCICIO EJEMPLAR


Hola María Valentina.

Hoy en el día de tu santo, te vengo a saludar. Y mira bien que digo en el día de tu santa, que no he pronunciado la palabra brujita, que algo bien te caería.

Y para que veas que el brujo no soy yo, te escribo con una escoba. Y qué escoba. En lugar de barrer, escribe, y en lugar de traer un espacio lleno de limpieza, deja un espacio totalmente inundado de letras. Si, una limpieza diferente.


Esta cartica te la envío, porque deseo que disfrutes de mi ultimo invento: el arte de abrazar. Y quiero que tu lo practiques este mes, desde el primero hasta el último día.

Espero que al encontrarnos, hayamos practicado tanto tanto, que el arte de abrazar sustituya el otro arte que es el arte de comer. O si lo prefieres, quisiera que el arte de abrazar logre un diez aclamado al lado del otro arte que es el arte de estudiar, en el cual tu eres una artista, casi una brujita.

Para que veas lo mucho que te quiero, abrazo con todas mis fuerzas esta escoba con la que te escribo. Pero uyuyuyuyyuy está escoba sigue muy fría.

Si vez ?, aún me faltan días por practicar. .....Algún día te contaré, cuando esta escoba de escribir se ponga caliente caliente caliente de tanto abrazarla al escribir.

Un abrazo de tu abuelito, que es casi un abrazo dulce, o un dulce en un abrazo, o solo dulces en abrazo.

Triqui, triqui, truqui, truqui, quiero abrazos para mí......


UN PUEBLO QUÉ PENSABA

Los comicios estaban candentes. Se trataba de elegir al burgomaestre que mejores realizaciones prometiera. Y la ciudad merecía una persona que gozara de una imaginación desbordante, imparable. Y en ello, Samuel llevaba la delantera. Parecía un equipo de fútbol conformado por once atacantes.


Su principal fuente de ideas era el transporte público, y con ella la movilidad. Y su representación del metro para Bogotá nunca se le despegó de la cabeza, desde aquella feliz niñez cuando su abuelo lo llevó a conocer el poder al palacio de Nariño adornado de cañones de fiesta y tranvías de feria. Siempre asoció el Metro de Bogotá con la Pirámide de Giza, y no estaba muy errado, porque construirlo valía un Potosí.


Entretanto, mientras la nación le estudiaba la manera de pagar la metro idea, sacaría adelante su mini idea de las mascotas: todas tendrían derecho a la vida y honra ciudadana, serían sus acompañantes permanentes, y todas sin excepción se transportarían en una jaula, con los colores de la bandera. Como dotación especial, cada jaula contaría con pozo séptico. En contraprestación el Distrito donaría por cada mascota, un zurrón para el agua.


Y al final no se diga, que Samuel no pensaba en todo. Y el pueblo apreció su imaginación callejera, su espíritu faraónico y lo quemó en la plaza principal, a punta de votos.

Y al final se diga, que el pueblo no pensaba en todo.



EL PENE DE RÁUL


Cuando Raúl se empezó a morir, sólo podía recordar como sola cosa del pasado, el denodado trabajo de su pene.

Muchas damas habían pasado por su férula candente, y hoy escasamente recordaba sus rostros, o mejor, no se acordaba de ninguno, a pesar de la confusión de la memoria.

Se ufanó tanto de su herramienta, que le aseguró a sus amigos, ahora fallecidos, que prefería un Alzheimer en su vejez a una disminución en la arrechera, porque los recuerdos pueden esperar, pero la arrechura no.

En su pensamiento faraónico tenía el convencimiento, que ninguna mujer supo lo que era vida, si no había hecho parte del colchón de Raúl.

De manera que cuando Raúl llamó al Maestro para pedirle consejo a la hora de la muerte, el Maestro sin parpadear, le espetó:

Sólo resta una cosa por hacer D. Raúl. Decir en el testamento, que tu última voluntad es enarbolar sobre el ataúd un asta, y en su extremo que se cuelgue tu instrumento de trabajo, el pene de Raúl”. “Que cuelgue, no, que se erija como un obelisco”, alcanzó a decir..

La carcajada sonora inundó la habitación, y la manzana, y el barrio, y el municipio, y el departamento, y el país, y todo se puso de color rojo turbio, y el rostro a Raúl se puso tan lívido, que muertecito de la risa, sobre la cama se revolvió por última vez.

Y el maestro cumplió su última voluntad.


UN ANÓNIMO


ANÓNIMO es un término que se utiliza para referenciar algo de lo que no se tiene referencia. Así a todo lo que no se pueda interconectar, recibe el famoso término, que de famoso lo tiene por lo de anónimo.

Y hoy quiero hacer un homenaje a los anónimos, que duermen el sueño de los justos, porque no quisieron que sus sueños, o sus pensamientos, merodearan por ahí, con rabo de paja, al vaivén de cualquier candelabro o de alguna chispa, que de no ser revolucionaría, con seguridad que es ayuda natural, o sobrenatural, como dicen los infiltrados de Dios.

El mundo está repleto de voces, que sólo se acallan cuando no hay oídos para oírlas. Y son esas voces, que nunca desaparecen, las que quiero traer a colación en este escrito, que mas que papiros de algún mar muerto, son una tablilla aérea escrita en letras que tratan de vocear solas.


Cómo olvidar, pensamientos tan certeros en el amor como:

"No existe el amor, sino las pruebas de amor, y la prueba de amor a aquel que amamos es dejarlo vivir libremente"

"El camino no es largo cuando amas a quien vas a visitar"

"Tratar de olvidar a alguien es querer recordarlo para siempre"



Cómo pasar por alto, pensamientos tan del diario vivir como:

"Un amigo es alguien que lo conoce todo de ti, y sin embargo... te aprecia"

"Lo pedí todo a fin de poder disfrutar de la vida, y se me dio la vida de manera que pudiese gozar de todo"


"La muerte está tan segura de alcanzarte, que te deja una vida de ventaja"


Para leer todas las frases, pensamientos y enseñanzas de toda la historia de la humanidad, puedes leerlos, o bajarlos, o bajarlos y leerlos gratis, en:

LA CABEZA DEL EXPRESDIENTE


El expresidente movió su cabeza, como si algo molestara sus pensamientos.

No supo si algún día los tuvo, pero si sabía que le molestaban como para mover la cabeza. Por eso sus familiares siempre calificaron su estado de ánimo por la manera de mover la cabeza.

Y la suya era una cabeza visible, que siempre se destacó en la lontananza por su tamaño descomunal. Hasta Diógenes hubiera musitado algo al respecto, porque la sombra que propiciaba era ancha, larga y longeva.

A todas estas, el expresidente conmovedoramente movía la cabeza, porque ya no recordaba de qué carajos había sido presidente.


MI PERIÓDICO

Ayer salí a comprar el periódico. No me interesaba un periódico en especial, ni una noticia en especial. Quería el periódico para leer, como lo usan todos las personas que compran un periódico.

Por doquier los periódicos conservan formatos parecidos, y sus noticias son parecidas, para no decir iguales, por tanto, unos y otros traen las mismas imágenes desgreñadas y los mismos rostros borrosos bajo bultos de tinta que se adhiere a las prendas más íntimas: las manos.

Mi búsqueda se centraba en un periódico que no tuviera algo. Sabía que no podía encontrarlo sin hacer la pregunta compleja, pero seguí en su búsqueda indagando con la mirada.

De mucho caminar y huronear por entre los puestos de revistas, al fin lo encontré. Hallé lo que buscaba. Un periódico que se auto proclamaba HOY.

Qué alivio. Después de tanto buscar lo que quería, había podido toparme con un periódico como lo había soñado. Y traía en caligrafía ausente, lo único que quería que no trajera: la fecha. Simplemente que dijera HOY.

Qué regusto, al fin un periódico que no traía fecha, y como su nombre lo declaraba, únicamente HOY. Y pensé entusiasmado, que de la misma manera como sirve para leerlo HOY, me servirá para leerlo mañana, y pasado mañana, porque siempre será HOY.

El día que los periódicos dejen de estampar la fecha en sus hojas de noticias, el mundo respirará aliviado, porque habrá menos noticias viejas, menos noticias nuevas, y todas las informaciones parecerán completamente nuevas, fresas recién estampadas por la imprenta, como nos gustan las noticias, como si recién nos levantáramos al mundo, y la memoria popular por fin descansará del control del TIEMPO.


VALOR y MIEDO en Transmilenio


Cuando VALOR y MIEDO se encontraron en el Transmilenio, no pudieron reconocerse de inmediato. Cada uno miraba por su lado, y ambos coincidían en su ensimismamiento.

VALOR llevaba puesto un traje a la moda televisiva fanfarronesca, de vivos colores. MIEDO en cambio gozaba de un traje blanco, que hacía color con su mente siempre peripuesta a los acontecimientos hostiles.

Cinco minutos en el interior permitieron a cada uno desplegar su subjetividad. VALOR había logrado por cuenta propia atrapar valerosamente a un individuo que había teóricamente birlado un celular a una dama viajera. MIEDO, por su parte, yacía tembloroso colgando sudoroso de la mano justiciera de VALOR.

Al final, los dos polos de una misma enfermedad ciudadana, se reconocieron, se saludaron jubilosos, y corriendo de la mano presurosos, descendieron en la siguiente estación, concluyendo vivamente que las personas se toman las cosas muy en serio.

No quedó la misma sensación en el interior del Transmilenio.


LA NUEVA PROFESIÓN

La profesión más antigua del mundo peligra en su quehacer, con la nueva profesión nacional.


Se empezó a colar en la vida nacional, de manera tan benigna, que nunca se pensó que llegara a constituir un empleo nacional.


En cuestión de salarios, la nueva profesión no tiene nada que envidiarle a la primera. La nueva tiene fácil acceso, vacantes a granel, y con disponibilidad de plazas en todo el país.


En similitud con la primera, no se requiere experiencia, y parece que entre menos se tenga, mayor probabilidad de enganche existe.


A diferencia de la primera, la nueva exige tiempo completo. Y la mayor despreocupación de todas: no se necesita indumentaria, porque la nueva profesión trae dotación propia. Aun cuando pensándolo bien, esa dotación es algo impropia.


La nueva profesión que entra tirando es la de guerrillero, con campus propio, universidad propia, equipo moderno propio, y territorio propio.


Aquí entre nos, la nueva profesión nació un cercano día cuando a un Dr. Reyez, representante legal de los ilegales, no le volvió a sonar lo del acuerdo humanitario, al ponerse a pensar qué sería de su vida retirado de la guerrilla, cuando era lo único que había aprendido a hacer, y que había aprendido a hacer bien.


Definitivamente la profesión de guerrillero no tiene nada que envidiarle a la vieja profesión, por cuanto tienen en común que son a escondidas, onerosas, inhumanas e igual de peligrosas, aun cuando muy bien pagas, pero regodea un feroz regusto sangriento que hasta hoy no exhibe la profesión más vieja del mundo.


EL IMPUESTO QUE FALTABA



La reflexión de hoy tiene que ver con nuestros gobernantes. Sólo a ellos, y a nadie más que a ellos debemos el estado actual de nuestras economías.

Las fuentes de los ingresos gubernamentales están representadas en impuestos a todo. Existen impuestos a la gasolina, al gas, a los servicios públicos, a las ventas, a las compras, a la vida, a la muerte, al consumo, al aseo, al deporte, a la obesidad, a la lectura, y muy pronto el impuesto a la reflexión.

Hay un impuesto al cual el gobierno nunca le ha metido muela, y es quizás por su preocupación en cobrar los otros impuestos. Y es un impuesto cuyo monto y recolección llenaría platónicamente sus arcas.

Y es un impuesto sencillo, cobarde por lo inicuo, cobrable en cada oficina pública, en cada andén, en cada callejuela, en cada ciclorruta, en cada tugurio, en cada mansión de potentado, en cada semáforo, en cada callejón, en el pequeño caserío, en el monte, en la selva, en la gran ciudad.

Es un impuesto a la mayor de nuestras manufacturas: el crimen. Y por favor, no solo al crimen organizado, sino a todo tipo de crímenes, para ver si finalmente los entramos en cintura.





DE LA ENVIDIA


Hay un chip florido que todos llevamos dentro, y que sólo exhibimos cuando estamos solos. Y nunca estamos solos.

Es la inferioridad. Aparece cuando menos se espera, y casi siempre cuando menos se la desea. Pero allí está, cadavérica, entre nuestros abalorios.

Brota la inferioridad como las flores de mi jardín ? Sí, pero sólo como las flores de un solo día.

Y tiene algún color raro ? No, se le conoce porque tiene todos los colores, y su nombre cientifico es la ENVIDIA.

Cada vez que la flor de la envidia ilumina nuestros rostros, sólo en ese momento, nace nuestra infelicidad, nuestra inferioridad.

Si queremos sentirnos igual a todos los mortales, talemos desde hoy la flor de la envidia, que al igual que otras flores, también crece en nuestros jardines.

Y no nos preocupemos por cómo se sientan los demas mortales, de seguro que en sus jardines no brotan flores de color raro. No importa que no sea seguro.



LIMITANDO LAS LIMITACIONES


La mayoría de edad en el ser humano no parece tener límites bien definidos. Mientras para algunos pedagogos representa una cifra quimérica a partir de la cual todo sucede, para otros sabios es una cifra mítica hacia la cual se cabalga sin nunca acabar. Para los niños en cambio es un embeleco de los mayores de edad. Edad establecida para la mayoría de edad en milenios: 21 años. La naturaleza sigue sus leyes, el hombre las suyas.

Y la cifra de la modernidad, antes que ampliarse hacia el infinito, parece correr en retirada y a la deriva, acercándose peligrosamente a la hora del alumbramiento. Y la única noción ocurrente parece ser la reglamentación nacida de la experimentación. Edad discutible establecida para la mayoría de edad por años o semestres: 18 años, 17 años, 16 años, 15 años, etc.

Hoy la mayoría de edad no está regida por el sentido de la naturaleza, la racionalidad y del sentir común, sino por la ley de la ingravidez.

Mientras la ley de la gravedad gravitó sobre el hombre, la racionalidad sobrevivió incólume. Hoy es otra ley la que pesa sobre la ley de la gravedad, es la antigravedad. Corremos desesperados hacia la antimateria como cuando buscábamos desesperados un dios a quien entregarnos.

Si me preguntáis cuándo está el hombre en presencia de la mayoría de edad, solamente podría susurrar argumentativamente que a partir del momento en que el hombre logra el conocimiento y dominio de sí mismo. Edad a establecer: la vida, y la vida no tiene edad.

Y solo entonces estará permitido al hombre dudar de todo y de todos, despreciarlo todo, y perdonarlo todo. ¿ Sientes tu mayoría de edad, como para intentarlo ?.

Hoy existen colegios y liceos desde donde venden la mayoría de edad. Algunos jardines se disputan la primogenitura en tales menesteres. Las hileras y sobrehileras de candidatos, alcanzan a dar varias vueltas a la manzana.

Dejad que el hombre descubra por sí mismo su mayoría de edad; es posible que nunca la alcance, es posible que no exista, es posible que sea otro de nuestros inventos sórdidos como la fe, pero dejemos de marcar los compases de una melodía que ya no resuena sino en la memoria.

Si fuera por la mismísima juventud, ellos fijarían la mayoría de edad en los sesenta años, y tienen mucho de razón y mucho de sentido común. A todas estas, ¿ para qué sirve la mayoría de edad ?. Aquí como en la creencia popular, la verdad solo la revelan los niños y los borrachos.




PARA SER FELIZ

Era de día. Quizás más día que todos los días. Era lunes. Y el maestro no pudo dejar de esbozar una sonrisa.

Y escuchó la pregunta como si aún no lloviera: ¿ SE PUEDE SER FELIZ en algún momento, Maestro ?.

Y aún sin contestar, respondió sosegadamente, como si hablara para sí: SÓLO HAY UNA FORMA PARA LLEGAR A SER FELIZ, Y ES ESTANDO DISPUESTOS TODOS LOS DÍAS A SER FELICES.

Ante la mirada incrédula de sus oyentes, remató su frase así: Estando dispuestos todos los días a ser felices, es inevitable no serlo alguna vez.

Y huyó con su receta de felicidad incrédula a otra parte.



HILANDO DESDE MI BLOG (4)

El futuro se ocupa de mejorar el pasado, en una tarea inacabable. El hoy parece siempre un invitado de piedra.

Las vidas bien vividas, son autobiografías de la imaginación, y de escaso interés editorial.

Los hombres que no dicen la verdad y lo sostienen elocuentemente, merecen como premio su propia lengua en salsa de aduladores.

Si somos capaces de hacer lo que está al alcance, con seguridad que alcanzamos lo que somos. A veces no somos sino un soplo.

Siempre que hablamos interrumpimos los pensamientos. Sólo cuando callamos, dejamos de interrumpirnos. El mundo es la historia ininterrumpida de continuas interrupciones.

A quien le gusta la compañía y tiene fe, nunca habla solo.

Los pensamientos despiertos necesitan una cuna desde donde dejar dormir.

La filosofía logra enredar las cosas simples que todo el mundo sabe. Se deberían eliminar las ciencias exactas y el discernimiento.

La enemistad se cura con el encierro de los protagonistas en una misma celda. Al final de la tarde, a lo sumo, no queda sino uno de ellos.

La ira enceguece, por eso los enemigos se sienten ciegos y creen que su oponente puede ver. Los ciegos no saben de ira ni de suposiciones.

Cuando un deudor y un acreedor se agreden, más de un problema está por resolverse: una deuda y la ruina de los contendientes.

Lo bueno de ser antorcha es que no ves la sombra que proyectas. Las sombras no dejan ver el mundo y se necesita nueva luz para alumbrar las sombras. La luz sin sombras, será el futuro de la luz.

El hombre no para de preparar obsequios para persuadir a Dios. Dios no para de deshacer obsequios para persuadir al hombre.

Los hombres honran las riquezas mejor que las comidas, por eso los templos sólo están repletos de riquezas. Cuando el hombre honre la comida mejor que las riquezas, los templos se caerán a pedazos. Solo los templos en honor al hambre subsistirán por los siglos de los siglos.

El tiempo siempre habla. Sólo se calla para los que se van muriendo. El silencio del tiempo cura la inmortalidad.

Aquí entre nos: no hay hombres superiores, sólo hombres fieles a las esperanzas. Los otros no son hombres.

A veces llamamos feliz al hombre que sólo lo fue el último día. Ese, es un ejemplar en vías de imitación.

Si viviéramos para ser felices sólo el último de nuestros días, ¿ valdría la pena vivir el resto de los días ? Esta es mi recomendación: seamos felices todos los días como si fuera el último. El reloj de la dicha sólo gira 24 horas, los demás giros son inventos nuestros, y la felicidad no es la excepción.

Todos crecemos para multiplicarnos. Algún día los hijos nos cobrarán el gusto infortunado de traerlos al mundo. Fue como invitarlos a la siguiente guerra nuclear. ¡Qué dichoso infortunio! Ya no traerán un pan bajo el brazo, sino una horca.

Qué bueno pagar por morir viejos. La mejor hora de morir, es la hora actual, que es siempre la más vieja.

Cuándo un homicida lava sus manos, empiezo a creer que el agua llegará a convertirse en un artículo de lujo. Y todos los lujos me saben a húmedo.

Nadie puede resistir a la fuerza irresistible de la necesidad. No hay resistencia que valga. Resisto, luego existo, el puro cuento de los que cayeron bajo sus redes. Las redes de la necesidad son desconocidas, como las atarrayas para los peces.

Curioso el teatro de la vida, donde los actores mejor pagados son los que menos saben de la vida, y los que más saben son los que no cobran por hacer lo que saben hacer: vivir.

La amistad es un camino lleno de hierbas. Por eso una aromática nos devuelve la vida, y hace menos hojarascoso el sendero.

El hombre se solaza de los inventos diarios que están quitándole el espacio a la vida. ¿Sabrá que su cuerpo es un carruaje único ? Menos altares, señores, y más espacio para la limusina que llevamos dentro.

La única libertad, la verdadera, es aquella que me permite ser dueño de mi propia vida. Es la que me permite correr sin estorbarme, y hasta me permite morir sin transportarla. ¡Y tanto dar vueltas en búsqueda de una propiedad!

Si el reinado de las leyes te castró la vida, castra las leyes con el reinado del amor. En el país del amor, a los abogados los castran por piedad y en su lugar florece una rosa por bragueta.



SE BUSCA



Érase un puente muy transitado, muy largo y muy ancho, diseñado por la naturaleza para soportar una atmósfera, y que en cada una de sus extremos terminaba en un Continente: los continentes A y E. El Río que los separaba estaba conformado por varios océanos y cientos de nenúfares.


El uso del puente fue natural en sus primeros milenios, pero con el paso de los últimos años y el incesante incremento del paso recargado de polución de los continentales, empezó a moldear irremediable un agujero en su placa central.


Para los viajeros y turistas ocasionales y permanentes, por su configuración inicial y posterior, el agujero empezó a convertirse en un hito histórico para sus cámaras fotográficas. Llegó a constituir para los osados transeúntes, en casi como apreciar el pausado e inexorable discurrir de un eclipse lunar. Hasta los juglares de paso hicieron sus canciones del folclor, con aquello de que “el puente está quebrado, con que lo curaremos…...”.


Los continentales finalmente estuvieron de acuerdo en que el inagotable agujero debía repararse, antes de que se presentara una tragedia de índole global. Pero antes de resolver la disputa principal, surgió otra gran disputa sobre cuál de los Continentes debía efectuar las reparaciones. El clima era atroz.


Ninguno de los Continentes quería reconocer la importancia del puente natural para sus habitantes. El Continente A sostenía que era tal su jerarquía continental, que los demás Continentes debían llegar a su reino, con o sin puente. El Continente E, por su parte, consideraba que su existencia era de tal manera indispensable, que su ubicación allí desde los albores del paraíso terrenal, le eximía de cualquier responsabilidad en su reparación. La disputa era atroz. El puente parecía obra de Dios.


La querella continúo por siglos, y el agujero indefenso continuó creciendo en desproporciones globales. Equitativamente con el tamaño del crecimiento del agujero, en la misma proporción aumentaba la animadversión entre los Continentes.


Una madrugada del último siglo de carnaval, una multitud de borrachos atravesó el puente, y en su jolgorio de licor y pasos inseguros, tropezaron de cabeza con el agujero del puente, y terminaron de trasero con las piernas rotas.


De quien era el puente ? De quien era el agujero ? Preguntaron. ¡Del propietario del puente!, fue la respuesta unánime de los borrachitos, rememorando la misma filosofía que muchos años atrás había impuesto Simón el Bobito.


Fueron recogidos, llevados ante las autoridades internacionales, y preguntados hacia qué Continente se dirigían, para poder determinar cual de los Continentes tenía que pagar los daños sufridos por las víctimas. Pero todos los borrachos confesaron que no se acordaban, porque aquella noche oscura estaban muy borrachos, y por tanto no recordaban a donde iban, si es que iban a alguna parte. Cada borracho debió pagar de su bolsillo de resaca, su propia rehabilitación.


En vista de la dificultad por dirimir amistosamente la controversia, una Corte Internacional arbitró finalmente la disputa entre los dos continentes, y su sentencia fue tajante: vender el agujero al mejor postor, antes de que lo único que una a los dos continentes sea algo que ya no se pueda vender; y un mandamiento final: repartir las utilidades entre sus propietarios.


Las corrientes progresistas de los dos continentes no salen de su asombro, y peroran sin desgaste, ¡QUÉ OSO NO!. Siguen millones de firmas.


POR UNA MOSCA

En un lago rojo de aguas sosegadas, habitaba silencioso el reino de las moscas amarillas. Todas las moscas habían sido creadas por un dios, que las benefició con los dones de la inmortalidad, el silencio y la carencia de memoria.

El enjambre de moscas estaba regido por un rey mortal, que tenía por único tributo exigirles a las moscas estar siempre despiertas, aún en las noches más tranquilas. Las moscas disfrutaban de mieles eternas y dulces inacabables, que se repetían una vez se deshacían en el aíre.

Una madrugada de insomnio murió el rey, en medio del zumbar silencioso de los insectos amarillos. Era el único mortal en medio de la inmortalidad.

Esa madrugada las moscas empezaron a recordar, y se les hizo evidente en la mente, que el día que su rey muriera, sólo había dos opciones: o retornaban a su dios creador, o se olvidaban de él, y hacían su propia vida.

Y sin preguntar, y sin pensarlo mucho, a la primera mosca muerta del enjambre, la botaron al lago, y pescaron una trucha.

Desde aquella mañana de recordación, las moscas mueren, los reyes mueren, los dioses se olvidan, y las moscas son buenas para pescar truchas.



UN EJEMPLO DE REINA

Sara no podía con su cabeza. La movía de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, y sin embargo continuaba allí, persistente, abrumadora, arrastrando el peso de un dolor de cabeza más ancho que el infinito.

Entonces recordó que el poder le había sido impuesto apenas dos semanas atrás. Se quitó la corona real, y durmió plácidamente.

Hoy la corona real descansa apacible en el árbol nacional de todo el reino: un cactus. Y la reina Sara retornó a sus quehaceres diarios, feliz, cantarina, sin una cabeza que afecte su dolor.




DESDE MI MULTITUD

La multitud corría despavorida y pude observar en sus rostros un rictus de felicidad. La corrida de toros había estado para alquilar balcón, y la ebriedad estaba lejos de terminar.

Hablaban a borbotones, todos al mismo tiempo, y parecían entenderse perfectamente. Los admiré porque habían aprendido a vivir el presente, y el mañana no existía en sus rostros enrojecidos.

Al final de la noche, cuando volví a cruzar por la plaza, ya no había multitudes que corrieran despavoridas, sino cuerpos regados por doquier aniquilados al olé del alcohol y los excesos.

Yacían diseminados por todas las aceras, cual alfileres de algún olvidado sastre, alfileres para los cuales la cabeza no era lo más importante.



DE LA FRAGILIDAD DE LAS CORTEZAS

Hay una corteza que nos asusta al nacer: es la corteza de la tierra. Por ella sabemos su dureza, su resistencia y su impenetrabilidad. Hay otra corteza que nos cautiva y recompensa la vida: es la corteza del pan. Por ella aprendemos la dureza, el gusto y las dificultades de la vida.

Las dos cortezas enseñan una única realidad: su fragilidad. Esta realidad se parece a la fragilidad de una promesa, no importa si es del hombre o es de Dios, al fin y al cabo es el fin de las promesas.


DEL PAN

Cuándo corrió la voz que el pan es el báculo de la vida, el supremo gobierno obligó a todas las panaderías que el único pan que se podía amasar en todo el reino era el pan en forma de báculo.

Ahora, aún cuando las personas caminan menos, comen más. ¡Inteligente manera de combatir el hambre y las esperanzas! en el reino de Dios.


DE LOS NIÑOS


Nuestros niños se entristecen cuando se les conmina por haberse equivocado. Talvez si les enseñamos que reconocer los errores nos vuelve más sabios, nos permitiría hacer un país de sabios.


Y una última apostilla: la vida de los sabios es más prolongada que la vida de un futbolista, y el sabio requiere menos para vivir: vida, para vivir todos los días।


Buscando..

Quise encontrar algo parecido a la vanidad femenina, y sólo la hallé en la avaricia de un hombre viejo; viajaban en el mismo asno.

Más adelante quise encontrar algo parecido que identificara la vanidad y la avaricia, y en la siguiente posada me encontré la respuesta: el vino y las mujeres en el hombre joven: comen, viajan y se disputan el mismo asno.

Al final de la tarde quise encontrar algo que los cubriera a todos, y en el palacio menos recóndito lo encontré: la tentación natural del poder arbitrario, y estaba vestida de asno.


HILANDO DESDE MI BLOG ( 3 )

Cuando tuve 15 años quise ser bello, y no lo conseguí. Cuando tuve 30 años quise ser fuerte, y no lo conseguí. Cuando tuve 40 años quise ser rico, y no lo conseguí. Cuando cumplí 50 quise ser sabio, y no lo conseguí. Ahora solo me resta vida y no quiero ser bello, ni fuerte, ni rico ni sabio, sólo quiero vivir el hoy.

La felicidad al igual que la envidia, es mejor imaginarla que sentirla. Sólo un muerto imaginario existe en el firmamento de la comedia, ninguno en el universo de la envidia.

Al hombre se le puede quitar todo, desde la ropa hasta la vida, pero nunca el silencio. Un hombre silencioso es un monumento a la posteridad. La historia está hecha de hombres silenciosos, que nunca diatriban contra el mutismo de lo no escrito.

De todos los animales el hombre es el único capaz de hacer sufrir a los animales. ¿ Será signo de algo enfermizo ? De todos los animales el hombre es el único capaz de maravillarse de la existencia. ¿ Será signo de algo más que paranoia ? Todos los animales están de acuerdo en que el hombre requiere de cuidados intensivos.

Sócrates probó con la enseñanza, y aprendimos. Hoy la enseñanza se ha hecho costosa e inasible. ¿ Y si probamos con la ignorancia ? Hoy su enseñanza aún no es costosa e inasible.

La disyuntiva actual: progreso con hambre. La salida del futuro: vida sin hambre. ¿ Será que nos alcanza la vida ? Una cosa segura: tampoco alcanzará el hambre.

En la carrera entre la vida y el hambre, la vida debería llevar todas las de ganar, y sin embargo hasta ahora y siempre, ha llevado las de perder. Algo no le funciona bien al motor de la vida. La fábula aún no termina, el hambre apenas comienza, y la vida del hombre vuelta una escudilla.

Los hombres virtuosos son aquellos que lo son únicamente de palabras. Los de obra, parecen de papel, y perecen cada vez que aparecen, oscurecidos por los de sotana y pantalón.

Deberían enseñar desde la cuna por lo menos la valentía que debió tener el primer hombre para comerse una ostra. ¡No costaría tanto volverse vegetariano!, la comida del futuro.

El país tiene un capital desperdigado en religiones. Se podría decir, que nacen de las necesidades menos imaginadas y florecen en los peladeros más inhóspitos. Todas enseñan la caridad, la bondad y el amor al prójimo. Sin embargo, todas congregadas no son bastantes para que nos odiemos y todas congregadas son todavía insuficientes para que nos amemos. Deberíamos empezar de cero.

Parecemos un animal de ocho ojos: al perder uno, no entendemos el valor de los que quedan. Cuando perdamos el segundo, se entenderá de lo equivocados que estábamos ante el oscurantismo de que estábamos dotados de tres ojos.

El país tiene la pobre perspectiva de una hermosa mujer: todos la admiran, todos la siguen, todos la piropean, todos la aplauden. Muchos amantes, ningún pretendiente.

Desconfiar es un acto que trastabilla la vida y rompe la lógica de dejar hacer. Es hora de la paz, es hora de dejarse engañar, es hora de respirar profundo.

El país se debate entre dos daños: el de los que prometen demasiado y el de los que esperan demasiado. Es hora del término medio: la realidad, nuestra realidad.

La felicidad se trunca a la vista de tanta miseria que puebla la vida: es la vergüenza momentánea de ser feliz que desaparece opacada ante el apetito vehemente de la siguiente complacencia. ¡Hasta la felicidad tiene su lapsus!, ojala lo tuviera la infelicidad también.

Descubrí que a los secuestradores, dueños y señores de la vida y de la muerte de sus secuestrados, sólo les falta adueñarse de una sola cosa: el tiempo. Los tiene locos sin saber si viven en el presente, en el pasado o en futuro. Pobres, su reloj biológico dejó de funcionar el día que perdieron el norte, el sur, el oriente y el occidente. Descubrieron que la hora es la hora, no importa cual, y por eso sus escritos siempre hablan de un futuro que nadie recuerda. Seguirán amarrando secuestrados hasta que no quede ningún árbol libre y disparándole a todo lo que se mueva: el tiempo.

Y la frase que todos esperamos encontrar, me la topé en un baño público un día sábado de suerte, que me restituyó mi credulidad en la humanidad de ensueño: “Seamos perezosos para todo menos para amar, beber y ser perezosos”. ¡Seamos!, al fin algo para ser.

HABLANDO DEL HAMBRE, MIENTRAS ME DA HAMBRE

El hombre podrá ufanarse de poder inventarlo todo, pero hay algo que ya no podrá inventar, porque hace parte de su infraestructura personal: el hambre.


El hambre está por ahí, en todas partes, y en ninguna. Agazapada junto al hartazgo, o sentada sobre una mina de oro, o abrazada a un perro, como una desplazada natural. En la naturaleza no existe el hambre, porque su sola presencia es un mutis contra el hambre.

Los agujeros negros naturales, muestra teórica del hambre febricitante, aun cuando no están hechos de hambre, nos acercan a su realismo ilógico, y de tal manera combaten el hambre, que nos sugieren en un séptimo arte de gradería, una solución física del hambre: devorarnos a nosotros mismos!

Pero algo que el hombre ya inventó y recreó, fue la forma y la oportunidad de distribuir el hambre, aún desde antes del nacimiento. ¡Que agudeza la del hombre, aprendió a saquear a sus semejantes aún antes de gestarse¡

Nacemos con el hambre pintada en la cara, como si la memoria genética nos pusiera su color en nuestro primer llanto. Y el hambre tiene los colores del arco iris y las divisiones físicas de los mapas geográficos. Y cuenta con un cuenta kilómetros tan sofisticado como el de los transbordadores espaciales: en días luz, qué digo, en horas luz, qué digo, en segundos luz. Digo mal, el hambre no cuenta, diatriba en porciones de vitaminas, proteínas y minerales.


Y el hambre tiene un estómago infinito por llenar, con una secreta magia interior donde cualquier cosa la calma, pero nada puede garantizarle que ya nunca mas volverá. El hambre ha permitido descubrir que el olvido no existe, es un bodrio inventado por los soñadores, porque siempre está presente cuando el presente vuelve a hacerse presente. El hambre es el primer cáncer de la vida, que se renueva a diario, hasta el último día, sin una vacuna de por vida.
Materialmente tiene la forma de una caja de veleidades de tres litros, el color rosa de la vida, y un fondo aún no descubierto. A nuestros presidentes nunca se les ocurrió combatir el hambre, poniéndole tapa de fondo. Personalmente los entiendo, porque apenas les alcanza la vida para llenar su barril en sus saqueos naturales, y mirando hacia dentro, difícil ver lo que pasa en el adentro de todos los de afuera. Y los presidentes, como los faraones, inventaron barriles piramidales sin fondo en el ápice, y en eso se les va la vida propia y la de los demás.

El hambre como el espacio, son infinitos e infinitesimales, se llenan de a mucho y de a poquito, pero nunca se llenan. Así que combatirla no es un acto de rebeldía contra natura, de acabar por siempre, sino de paciencia por un llenado que nunca escampa. ¡No reduzcamos el hambre a justas proporciones, su problema no es de justicia, es de igualdad de porciones, no una vez, sino siempre!.
Señores, el hambre es de por vida, y ha de combatirse todos los días. He ahí la grandeza del hombre, cuando inventó algo que ni siquiera a Dios se le hubiera ocurrido como un único castigo divino.

El hambre es el invento más viejo ideado por el hombre, y se estableció entre todos los hombres desde el día que inventó su invento más inútil: la riqueza.
Señores, el hambre no se combate con riqueza, se combate con comida, ¡lástima que nuestros combates se libren en otras esferas, en las del poder personal, mientras la comida deambula por ahí con dueño!.

¡ME GUSTAS¡

La llegada de la reporterita yahoo.com me sacó de mis pensamientos. Casi nunca viene por mi estudio, y verla de pronto atravesar mi pantalla con sus mejores galas, me hizo despabilarme. Cada vez que pasa, su rastro estelar deja más de una mirada tierna y más de una inquietud gorda..

Me saludó en volandas, y pasó al grano.

-Hola filósofo de atar. Una pregunta me trae hasta tu huerto, inquietud mía y que asola a más de un mortal en el ciberespacio.

-Bien niña. Si tu pregunta coincide con realidades del diario vivir, te daré mi versión. Si no son realidades, tu ancho mundo es el más apto para responderte. Dime.

-Qué harías maestro, si en la calle alguien desconocido te dice a boca de jarro: ¡Me gustas¡.

-Que Qué ? Mira mi yahoo.com preguntona, no miremos la situación como si me ocurriera a mí, porque seguramente el tal se llevaría más de una sorpresa. Veámosla mejor desde el punto de vista de cualquier parroquiano de ciudad, que caminando por la carrera décima, de pronto escucha tamaño piropo.

Para el caso, mujercita, y puesto en la piel del afectado, se me ocurrirían tres posibilidades:

  1. Si es una persona desconocida del sexo opuesto, automáticamente le obsequiaría una sonrisa de quinientos mil pesos. O
  2. Si es una persona del mismo sexo, pegaría un salto de tres pisos y me escabulliría. Y
  3. Si es mi amor secreto, por el cual deliro de día y de noche, entonces la abrazaría, le estamparía un beso de quinientos mil pesos, le diría ¡mujer porque no lo dijiste antes¡, y la invitaría a un carajillo.

-Gracias maestro. Volveré por tu estudio más seguido. Llevaré a mi gente tus respuestas. Si no les satisface, por lo menos espero que se diviertan con la diferencia. Un gigabeso.

Y desapareció como apareció. A veces pienso que las cosas que pasan no pasan sino en nuestros pensamientos, no pasa así con las respuestas.

HILANDO DESDE MI BLOG ( 1 )

Los hombres libres son como esos boomerangs raros que pasando todas las pruebas, no retornan, prefieren la libertad.

A veces la vida nos hace sentir como esos pescadores que terminan devorándose el anzuelo.

Hay ignorancias tan monumentales, que hasta podrían considerarse de parlamento.

Caminando estas calles, puede uno apreciar que la vida no le sienta bien a todo el mundo.

Hasta el ladrido de los perros en las capitales es más artificioso: laten por una pronta lluvia de huesos.

En la guerra solamente muere gente. Las ideas siempre terminan ilesas. Un día seremos solo un mundo de ideas en guerra.

Una razón contra la tala de bosques: es más fácil perderse cuando éste ha sido talado.

El consejo del año: piense antes de pensar

La realidad pide a la razón que abramos los ojos a la realidad. Yo pido a la razón que pida a la realidad que cierre los ojos a los recuerdos.

Amigo pacifista: ¿ Te hubieras sentido mejor si David hubiera matado a Goliat con un verso ?

El canibalismo es la forma más sencilla de consumir las complejas ideas de los demás, combatiendo paralelamente la explosión demográfica y la política.

Los países que han desarrollado prisiones de alta seguridad no tardarán en desarrollar prisiones de alta libertad.

El político privado de la libertad aún fanfarronea ante los micrófonos. No llega a aplaudir porque las esposas se lo impiden.

Es tal el caos que enseñorea a los habitantes del mundo, que lo único que los mantiene unidos es la gravedad.

Si a la entrada del mundo hubieran puesto el letrero PROHIBIDA LA ENTRADA, seguro que nos hubiéramos ahorrado el letrero actual SIN SALIDA que ya parece querer brotar de todas partes.

Hay una imparcialidad que asusta, es la de los que están a favor de la justicia.

Según las últimas encuestas, el país va a necesitar centros de desintoxicación para los ebrios de la dicha.

¿ Cómo reconocen el hambre quienes nunca la han sentido ? Sospecho que podrían pensar que se trata de una nueva modalidad de pecado original.

Problema médico jurídico: ¿ hasta cuántos muertos tiene uno derecho a equivocarse ?