De la alegría


Existen muchas formas de alegría, de las cuales ninguna es superior a la otra. Se aprende que todas las alegrías son jubilosas.

Pero hay una forma de alegría que me llena hasta hacerme saltar las lágrimas: es la alegría de dar.

Aprendamos hoy, que la alegría de dar es la manera más hermosa de recibir, y nada es comparable a este don que sólo se aprende en la escuela de la vida, y que puede repetirse con la misma adicción de la oración: todos los días.

Valentín

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