LA CORRUPCIÓN NUESTRA DE CADA DÍA

El mundo no sabe aún qué causa mayor estrago universal, si la corrupción o la Naturaleza. Aquellos males inmediatos, que nos atosigan desde la madrugada, como la corrupción, parecen tan inmediatos que nos compelen a creer que de todos los males es el de desterrar primero. La Naturaleza por su parte, que siga haciendo su corrupción natural.

El hombre es corrupto por naturaleza, y en su defecto puede desplegar en su concurso todo un arsenal genético digno de un prestidigitador profesional.

Los grandes y pequeños artistas extienden todos sus atributos, en honor a esquilmar a las almas pobres que se creen ricas en sensiblerías.

Los grandes y pequeños políticos arguyen y diatriban en su favor por favores, que permiten arrodillar a todas las muchedumbres que no pueden pensar, porque el hambre como dormir son viscerales.

Las grandes muchedumbres están para ofrendarse, son frutas maduras a punto de desgajarse, son también corruptas, cuando declinan sus favores a favor del oferente de turno.

Es corrupto el vecino cuando con sus melosos Buenos Días trata por todos los medios de conservar la amistad del vecino, que tarde o temprano le prestará un servicio. Igual de corrupta a la vecina, que danzante y meliflua nos desea las Buenas Noches. Y hasta cuando saludamos de mala gana, estamos siendo corruptos, porque es una posición de estrategia defensiva para evitarnos males futuros.

Es corrupto el hijo, cuando pacato besa a sus seres queridos, para conservar un estado familiar que le es favorable y que le rinde los mejores tributos, y es corrupto el hijo que no se despide de sus seres queridos, sólo para presionar un alza en sus habituales estipendios de colegio y jornadas de cariño.

Es corrupto el novio, que se vale de las mil florituras para rendir a su dama, pero a su vez es corrupta la dama porque arrumaca su comportamiento a una docilidad corruptiva hasta obtener el deseado trofeo.

Es corrupto el chofer de bus cuando sonríe ofreciendo su vehículo para transportar, sintiendo en su interior ese afán ruinesco de salir corriendo, recibir el dinero, y no tener que saber de paraderos, frenazos y timbres aleccionadores.

Es corrupto el cura que habla maravillas de dios, y sin embargo genuflecta a la concurrencia para rendirle tributo al que todo lo puede porque todo lo exige, y arrodilla al mundo por un dios de salario a cambio de bendiciones increíbles. Es corrupta igualmente la concurrencia que acepta por favores celestiales sus favores terrenales, y finge un anonimato de dios, por un estrellato del cielo.

No conozco ninguna actividad del hombre donde la corrupción no tenga su académica entrada. Y sin embargo desde todos los rincones, los grandes tiradores del mundo, lanzan ráfagas contra la corrupción. Parece un mal pandémico, que todos llevamos encima pero que nadie quiere mostrar como fruto de la especialización de la vida y la muerte.

La corrupción es un bien que guardamos tan secretamente sabido como nuestras partes nobles. ¡Hay por ahí mucho loco que camina sin tapujos exhibiendo sin nobleza sus partes nobles¡. La corrupción desaparecerá del mundo el día que todos los hombres deambulen por ahí exhibiendo todas su partes nobles e innobles, sin rubor.

ESCOLIO DE UN ESCOLIO

Don Nicolás Gómez Dávila deja entrever en uno de sus escolios más dicientes:: “El más hondo silencio es el de una muchedumbre aterrada”

Los más hondos silencios son oscuros, sin voz ni voto, son los silencios de la inmensidad. El mar es el ejemplo clásico de muchedumbres. ¡Clama en silencio ante unos oídos que no le pueden ver y frente a unos ojos que no le pueden perdonar¡.

Los peces marinos observan aterrados el silencio del hombre que en muchedumbre clama su nudo gordiano. Para los animales somos unos animales incomprensibles.

Las muchedumbres aterradas fueron de ficción hasta el advenimiento de la televisión. Hoy apreciamos aterrados su silencio congelado. ¡Quizá aprendamos de su gélida lección¡.

Por lo menos el hombre cuenta hoy con aparatos que le permiten medir la profundidad del silencio.

Don Nicolás destapó con su frase un grito inconmensurable, y logró creer que no hay más territorios más allá del más hondo silencio: la muchedumbre de silencio.

Sí, Don Nicolás, más allá del silencio hay otro silencio, el silencio alborotado del silencio. ¡El universo está por descubrir la otra faceta del silencio: la muchedumbre del silencio¡.
Por ahora, y por hoy, el silencio más triste es el del nudo en la garganta. Falta por esculpir el discóbolo de la muchedumbre de los nudos.

UN JUEGO DE NIÑO

Un niño se esforzaba por arrastrar su morral de clase con su mano derecha, en tanto que con su mano izquierda trataba de morder una ciruela.

Parecía más facil la tarea de la mano izquierda, aun cuando la mano derecha también hacia la tarea.

La mano izquierda terminó la tarea y libre voló y voló y voló.

Aun hoy, cuando el niño ya es un viejo de cien años, la mano izquierda aún arrastra algo por la vida, en tanto que la mano izquierda olvidó la tarea de tantas tareas terminadas.

Las cosas que se terminan, tambien terminan con nosotros.

EL GRAN DESCUBRIMIENTO

Nadie debe trabajar 24 horas. Nadie debe dormir 24 horas. Nadie debe comer 24 horas. Nadie debe pelear 24 horas.

Aun cuando hay cosas que no se pueden hacer las 24 horas, muy poquitas sí sobreviven a la pancarta de las 24 horas. Veamos: respirar, respirar y respirar.

Aquí debemos decir, entonces, que todos debemos respirar las 24 horas, y huelga decir que vivimos gracias a que respiramos las 24 horas, dejar de hacerlo sería un exabrupto vital, muy parecido a quien mira el sol con el ánimo de hacerlo retroceder...

Por tanto lo único que hacemos 24 horas es vivir. y simultaneamente trabajamos, dormimos, comemos, peleamos, y todas las otras cosas.

Hace un tiempo, mucho tiempo para algunos, poco para los otros, un grupo de muchachos prefirió darle la espalda a los deberes diarios, y decidieron cambiar su pasar 24 horas por el bienestar de hacer el amor y no la guerra 24 horas......, asoaciaron hacer el amor con respirar, y aún respiran. Aprendieron que no se puede hacer el amor 24 horas...

Hoy el hombre ha logrado su gran invento: hacer que el hombre aguante hambre las 24 horas.

Y siguen más hallazgoss por descubrir...

NUNCA DIGAS NUNCA

No estaba muy lejos de toparse con la dicha. Pero cual mortal, que prefiere la vida a la muerte, cada vez que se acercaba a su meta, prefería con la punta más extrema de su pie, correr un ápice la línea de llegada.

Nunca llegó a la meta, porque aún no llega. Y aprendió que sólo se llega, ensayando llegar.

Su palabra de ahora, es NUNCA.

Hoy lo ví por ahí, y me susurró en su lenguaje de letras sueltas, que nunca llegaría a la felicidad porque sólo ahí estaba la felicidad: viajar hacia ella.

........y montó en su caballito de acero, como huyendole a la felicidad.

DE LOS AMORES FUGACES

Desde la tarde que los descubrí y dispuse que los compraría, no tuve descanso. Eran unos adornos de comedor en alabastro brillante en un color ambarino que abarcaba todos los colores. Amamos lo que nos gusta, de la misma manera que queremos lo que amamos.

Apenas dejé que abrieran el almacen al día siguiente, y ya estaba con mi efectivo haciendo la compra. Sentí un alivio similar al que se obtiene luego de consumir agua despues de muchas horas de sequedad: uf, no quería que nadie se me adelantara.

Cuando el dependiente me estaba entregando la compra para que me la llevara, le susurré una solicitud: "sería posible dejarlos en el almacen ?". "¿ Va a venir más tarde por ellos ?", me susurró igualmente el dependiente.

"No me entiende usted", le dije, "no me los quiero llevar".

"Pero señor, si lo descubrí ayer mirando extasiado los adornos, y hoy que los compra no se los quiere llevar, ¿ quien lo entiende a usted ? El almacen no le devuelve el dinero. Si quiere escoja algun otro artículo. Aquí no devolvemos dinero".

"Tampoco me entiende usted", le dije, "es que sí los quiero comprar, lo que no quiero es llevarmelos. Los quiero dejar".

Al final accedieron a mi petición, y los adornos siguen expuestos en el mismo sitio del almacen donde los descubrí la primera vez.

Invertí mas de una hora en convencer al Gerente del almacen para que entendiera que me gustaban tanto los adornos comprados, que no quería por nada del mundo perder ese gusto, y que quería redescubrirlo cada día que pasara de nuevo y los viera exhibidos en el mismo sitio donde los descubrí la primera vez............

Solo amamos de verdad lo que podemos tener muy de cuando en cuando. Lo que acostumbramos tener, sólo lo amamos muy de cuando en cuando.

Mi disfraz

Hoy me disfracé de mi mismo. Y no me sentí extraño. Y sólo una cosa extraña noté: nadie se dió cuenta.

Y pude correr por entre la gente y los carros y los mercados, y nadie me saludó porque les parecí diferente.

Posé como un desconocido el único día en que fuí yo mismo.

Amigos, si quereis ser como Dios y deambular entre la gente sin que nadie noté vuestra presencia, sed fieles a vosotros mismos.

El espejo y el reloj

Hoy quise mirame al espejo. Era aún de noche pero el día despuntaba por todas partes. Y pude ver un valentin desconocido, irreconocible, de otro mundo.

Tenía la misma edad de un joven de 25 años y los atuendos de un joven de 25 años. Parecía de 25 años. Me refregué los ojos ante lo increible, y sentí la piel del valentin de verdad.

Entonces me reconocí en mi realidad de madrugada, y pude alividado constatar que el espejo que tenía en frente miraba un jovenzuelo ambicioso que esperaba con fruición algún paradero próximo para inciar el mundo que valentín ya había transitado.

En mis cien años nunca me sentí más rejuvenecido al poder engañar mi mente con sortilegios de madrugada, pero nunca me sentí más viejo al constatar mi realidad con sólo consultar mi reloj de cuerda.

La enseñanza del día: nunca mires el espejo de los demas, porque de pronto estaís mirando el reloj equivocado.