DE LOS AMORES FUGACES

Desde la tarde que los descubrí y dispuse que los compraría, no tuve descanso. Eran unos adornos de comedor en alabastro brillante en un color ambarino que abarcaba todos los colores. Amamos lo que nos gusta, de la misma manera que queremos lo que amamos.

Apenas dejé que abrieran el almacen al día siguiente, y ya estaba con mi efectivo haciendo la compra. Sentí un alivio similar al que se obtiene luego de consumir agua despues de muchas horas de sequedad: uf, no quería que nadie se me adelantara.

Cuando el dependiente me estaba entregando la compra para que me la llevara, le susurré una solicitud: "sería posible dejarlos en el almacen ?". "¿ Va a venir más tarde por ellos ?", me susurró igualmente el dependiente.

"No me entiende usted", le dije, "no me los quiero llevar".

"Pero señor, si lo descubrí ayer mirando extasiado los adornos, y hoy que los compra no se los quiere llevar, ¿ quien lo entiende a usted ? El almacen no le devuelve el dinero. Si quiere escoja algun otro artículo. Aquí no devolvemos dinero".

"Tampoco me entiende usted", le dije, "es que sí los quiero comprar, lo que no quiero es llevarmelos. Los quiero dejar".

Al final accedieron a mi petición, y los adornos siguen expuestos en el mismo sitio del almacen donde los descubrí la primera vez.

Invertí mas de una hora en convencer al Gerente del almacen para que entendiera que me gustaban tanto los adornos comprados, que no quería por nada del mundo perder ese gusto, y que quería redescubrirlo cada día que pasara de nuevo y los viera exhibidos en el mismo sitio donde los descubrí la primera vez............

Solo amamos de verdad lo que podemos tener muy de cuando en cuando. Lo que acostumbramos tener, sólo lo amamos muy de cuando en cuando.

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