UN EJEMPLO DE REINA

Entonces recordó que el poder le había sido impuesto apenas dos semanas atrás. Se quitó la corona real, y durmió plácidamente.
Hoy la corona real descansa apacible en el árbol nacional de todo el reino: un cactus. Y la reina Sara retornó a sus quehaceres diarios, feliz, cantarina, sin una cabeza que afecte su dolor.
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